lunes, 24 de marzo de 2008

La experiencia es un grado

Que la experiencia es un grado lo he ido aprendiendo con los años. Cuando mis padres me alertaban de la posibilidad de futuros errores, yo a menudo no les hacía ni caso, y obviamente el 99% de las veces tenían razón. Esta semana he vivido otro episodio en el que ha quedado demostrado que hay que fiarse más de las personas que tenemos alrededor y que han tropezado antes que nosotros con las distintas piedras del camino. Mario, el director de la escuela, nos aviso a Helena y a mi que nuestra propuesta de documental era demasiado ambiciosa y que se necesitaba mucho mas que 10 minutos para contar una historia, quizas no muy compleja pero con demasiados puntos de atención. Por un lado las mujeres y por el otro la evolución del barrio de La Boca. Nosotros des del principio tuvimos las ideas demasiado claras e inamovibles, y esta semana después de largas jornadas de montaje, nos hemos dado cuenta que Mario, con muchos documentales y unos cuantos cursos a sus espaldas, tenia razón.
El problema principal ha sido que de tantos días compartidos con las mujeres y con el barrio, hemos interiorizado muchos datos que durante el montaje dábamos por supuestos y que el espectador no tiene porqué saber. En la tutoría del martes, Cristian Pauls, profesor, crítico de cine y documentalista, después de ver los cerca de 4 minutos que teníamos editados, nos abrió los ojos diciendo que no se entendía lo que queríamos transmitir. Un jarrón de agua fría que en un primer momento nos dejó sin habla, pero que nos hizo reaccionar y darle la vuelta a la historia. Al final nos hemos centrado casi exclusivamente en sus vidas y creo sinceramente que ahora la película funciona mucho mejor. Ya decía aquel que rectificar es de sabios.
Xavi

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