miércoles, 5 de marzo de 2008

De los hábitos y las costumbres


Todo lo novedoso en algún momento deja de serlo. El niño Jesús, una película de miedo, el ratoncito Pérez, el primer amor, aprender a manejar, en fin. Todas aquellas cosas que alguna vez nos impresionaron, se vuelven corrientes y el asombro se transforma en rutina. Tendemos a ir buscando el hábito en los quehaceres del día a día, como tomar el 86, ir a donde la china a lavar la ropa, sentarse en el mismo asiento en clases, tomar café por las tardes donde Sonia... todo es parte de nuestro pequeño universo. Pero recuerdo a Perec, la mirada y su re-descubrimiento. Ha llegado el momento de re-aprender a Buenos Aires.

Es hora de sobrepasar esa mirada impresionista y alejarme del objeto, para así adentrar en lo íntimo, en las profundidades de esta ciudad. Se me hace vital transitar por nuevas calles, o tal vez re-descubrir las ya conocidas. Probablemente, con la realización de los proyectos, será posible intimar en la vida de un mozo, un sastre, un travesti, una cartonera, unas pintoras y un embotellador de soda. Conoceré una renovada Buenos Aires mediante la vida de estas personas, y así volver a dejarme cautivar por la ciudad y sus habitantes. Quiero entrar en la boca del dragón...




Helen

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