LLego tarde a mi cita semanal de los viernes, pero la razón se lo merece. Ha sido un fin de semana de lo más "lindo", familiar, perfecto, mágico...en las Cataratas del Iguazú. Mi mamá y mi hermano aterrizaron en Argentina para llevarme al paraiso durante un par de días. Un edén que a ratos se me antoja demasiado turístico pero que por momentos me complace...y qué narices!! este tipo de antojos, si se puede, se deben realizar, ya que oportunidades como esta puede que no se repitan en la vida. Naturaleza en estado puro, salvaje, saltos de agua que no te los puedes creer, mariposas de todos los tamaños y colores, arco iris gigantes, nubes de puro algodón y olor a vida...
... y entre catarata y catarata, conversaciones largas con los que siempre estan allí, o sea, la familia. Sin dejar de mencionar la cama gigante y blandita (con 5 almohadas), los buffetes libres, las interesantes explicaciones de Patricia (la guía), la relajación en el SPA del hotel...y el remojón que nos dimos en el trayecto en lancha remontando el río Iguazú. Qué vida más dura no??
Xavi
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