sábado, 8 de marzo de 2008

La burrocracia

Después de casi 5 semanas, el dinero que cambié a mi llegada se ha esfumado. Estando yo todavía en casa, mi querida madre descubrió un sistema rápido y sencillo para poder transferir dinero sin pagar mucha comisión a través del BBVA, aquí llamado Banco Francés. Ayer, sobre las 12 de la mañana y con mi número de identificación, fui a la sucursal del banco más cercana a mi casa. Al llegar me encontré una cola aceptable para alguien que, como yo ayer, no tuviera muchas cosas que hacer. Como nunca es oro todo lo que reluce, cuando llegó mi turno, unos 25 minutos después, la chica de la ventanilla me dijo que necesitaba un código X y que debía ir a una oficina de no sé qué calle para que me lo dieran. En esos momentos me vino a la cabeza un mítico episodio de Astérix y Obélix en el que los 2 héroes galos se vuelven locos buscando formularios para poder llegar a su destino.

Medio molesto me dirigí hasta mi casa para abrir un e-mail en el que tenía escritas unas cuantas sucursales donde poder retirar el dinero. Dudando un poco de la eficiencia de la banquera, decidí ir a otra sucursal de las que tenía en la lista, un poco más lejos. Me subí a un colectivo y alrededor de las 13:15 llegué al destino. Otros 30 minutos de cola y evidentemente, otra vez frente a la ventanilla, esta vez un chaval me preguntó si tenía el código X (tendríais que haber visto la cara de tonto que se me quedó). Eran las 13:45 y el tipo me dijo que a unas 7 cuadras había una oficina donde me lo darían, pero que me diera prisa porque cerraban a las 14. Mirando el reloj constantemente llegué a las supuestas 7 cuadras y ni rastro de la calle, pregunté y me enviaron 5 cuadras más allá y ya sólo faltaban 5 minutos para cerrar. Aceleré el paso hasta que de la inercia y los nervios me puse a trotar...


Xavi

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